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Cómo bañar a tu minino

¿Es necesario bañar a tu gato? Y en caso de serlo, ¿con cuánta frecuencia es recomendable? La respuesta es: depende. Quizás no es tan necesario como alimentarlo, pero hay algunos beneficios de hacerlo.



En primer lugar, hay que entender que a la mayoría de los gatos no le gustan los baños, por lo que pueden encontrar esta experiencia algo bastante estresante. En caso de ser posible, tan solo lava el área que crees que debe limpiarse en vez de mojar el cuerpo completo. No debemos olvidar que los gatos son muy pulcros y suelen bañarse a sí mismos con la lengua.


Dicho esto, en caso de que tu gato se haya revolcado en algo muy sucio, como aceite o cenizas, debes bañarlo inmediatamente. De no ser así, no es necesario bañarlo de forma tan exhaustiva ni frecuente. Por otro lado, si tiene el pelo muy largo y se le está enredando, también sería una buena idea darle una ayuda. No olvidar que en caso de que tu gato haya estado en contacto con sustancias tóxicas, siempre la mejor idea será llevarlo al veterinario rápidamente.


Lo primero que necesitarás para bañar a tu gato es conseguir una bañera o un lavamanos espacioso, un shampoo especializado para gatos (los venden en las veterinarias), una toalla y un cepillo para eliminar las motas de pelo enredado.


Cuando tengas todo listo debes llenar la bañera con agua tibia (no llenar la bañera completa y con cuidado de que no esté muy caliente) y lentamente mete a tu gatito al agua. Si llenas mucho la bañera, puede que tu gato se estrese más de lo necesario. Si tu gato está muy ansioso, distraerlo con comida siempre es buena idea.


Si tu gato muerde o araña mucho, quizás debes consultar con tu veterinario qué podrías hacer al respecto. Quizás es necesario que una persona con experiencia le de un baño.


¡Hay que tener mucho cuidado con mantener las orejas del gato secas! No debe entrar agua en ellas. Y al momento de limpiar la cara, no hacerlo con shampoo. Debes enjuagar muy bien a tu gato para que no quede con restos de químicos, ya que es muy probable que tu gato se empiece a lamer el exceso de agua.


Al momento de secarlo, muchos gatos le temen excesivamente al secador, así que, si no lo acostumbraste de pequeño, debes tan solo secarlo con toalla y dejarlo en una habitación cálida para que se seque de forma natural.


Si sigues estos consejos, ¡puedes hacer la hora de bañar a tu gato mucho más amena!

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