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¿Se puede educar un gato?


La respuesta es obviamente que sí, desde hace apenas 50 años los hogares abrieron sus puertas a los gatos, hasta ahora convivían en un estado de semi libertad, en el que su comportamiento poco importaba o afecta nuestro día a día, al vivir con ellos es necesario seguir una armonía mutua entre los hábitos de todos quienes viven juntos para asegurarnos con una buena convivencia.

Muchas veces, las personas cometen en el error de considerar a su gato como un perro pequeño, actúan como lo harían con el can, fracasan y culpan al animal, con el argumento que el gato no aprende. Dado eso existen abandonos o eutanasia principalmente por problemas de adaptación.

Es importante conocer mejor al animal con el que vivimos, para poder actuar basándonos en ese conocimiento, el perro es social por naturaleza, sin embargo un gato, es todo lo contrario, es, en estado silvestre un animal solitario, que no debe obediencia a nada más que a sus propios instintos y que hace lo que le plazca o estime conveniente para él. Está en su herencia genética y esto es algo que no debemos olvidar.

Para poder educar a nuestro gato, no debemos limitarnos a darle órdenes, porque simplemente nos va a ignorar, dejándonos con sentimiento de frustración, nuestro esfuerzo ha de centrarse en siempre buscar la manera de hacerle ver lo que nos conviene es a nosotros, es igual de bueno para él. Educar a tu gato, es sencillamente negociar con él.

Trabajemos con un ejemplo que todos hemos sufrido: Nuestra cocina, es un lugar muy atractivo para ellos, es alto, tiene agua, huele a alimentos, hay alimentos que puede robar y pude estar más cerca de ti mientras cocinas. Sin embargo es muy peligro su estadía ahí, dado que puede sufrir quemaduras o caídas. Sin embargo, decirle mil veces que no se acerque es un trabajo cansado e innecesario, dado que para él es un buen sitio. Nuestro objetivo es que nuestro gato cambie de opinión y que vea qué estar en la cocina no es rentable. Cada propietario conoce a su gato y puede buscar diferentes trucos que funcionen, podemos usar olores que no les guste o poner superficie pegajosa, con el objetivo de evitar siempre que se exponga a un peligro, en la cocina.

El objetivo es que el decida que no es conveniente para él. Nosotros estaremos felices de saber que hemos conseguido que nuestro gato “nos obedezca” y él estará contento por que fue él mismo quien tomo la decisión de no subirse a esos lugares peligrosos.

Pero ojo, no debemos hacer excepciones, en el momento que lo dejemos encaramarse en la cocina, se sacará la regla de no hacerlo y volveremos al principio.

Es por eso que mediante este ejemplo, demostramos que el humano y gato son seres muy diferentes y para convivir hay que saber recorrer la distancia que nos separa, pero debemos Recorrerlas juntos, las negociaciones siempre estarán presentes en su educación. Recuerda siempre hacerlas con respeto, cariño y paciencia, todos debemos poner de nuestra parte y disfrutar juntos los resultados y la compañía mutua, comportándonos nosotros como humanos y ellos como gatos.


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