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Una de las diferencias entre los que tienen un can y un felino como mascota es que, pese a que en ambos situaciones el dueño los suele poner nombres, solo los perros parecen responder a él cuando se les llama. Y es que los gatos a los nombres no hacen caso en la mayoría de las veces. El doctor Burstyn, veterinario de Helpful Vancouver Vet y experto de los gatos, tiene el secreto: estamos bautizando de forma errónea a nuestros felinos ya que estos sí que son capaces de atender a su dueño antes los nombres con una sonoridad concreta.
En un vídeo colgado en su canal Helpful Vancouver Vet, Burstyn explica que los gatos han desarrollado sus oídos de forma que su respuesta a los sonidos agudos sea mayor. De esta manera, demuestra cómo el gato que le acompaña en el vídeo reacciona solo a nombres con sonidos más intensos, como 'Lansey'. De esta forma, un gato responderá mejor a nombres que incorporen, por ejemplo, “íes” prolongadas o “eses”. El gato mirará al dueño si incluye esas pronunciaciones, quizá con el tiempo, se identificará mejor con ese nombre.