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El estudiante de veterinaria que lo dejó todo para salvar y rehabilitar perros y gatos


José Luis Hidalgo, de 33 años, era un estudiante de disciplina veterinaria, siguiendo su pasión por ayudar a los animales.

Ese camino sufrió un súbito cambio, cuando decidió congelar sus estudios para establecer la fundación y refugio para perros y gatos llamada "La Quiltrería".

¿Qué tiene de especial este refugio? Ubicado en Viña del Mar, es un lugar completamente dedicado al rescate y rehabilitación de animales con discapacidad o necesidades especiales de varios tipos. Puede ser que le falte una pata, o que hayan quedado ciegos. José Luis los recibe y rehabilita, ofreciéndoles un lugar donde vivir.

La Quiltrería obtuvo su nombre debido a una experiencia de José Luis en su infancia. Solía recoger animales de la calle que estaban heridos o tenían problemas y los ocultaba en su hogar, brindándoles atención médica. Poco a poco sus padres se dieron cuenta de que los animales estaban acumulándose en la casa y su madre le decía "¡Ya pues, levántate a ver tu Quiltrería!" o "¡Me tienes la Quiltrería en el patio!" y así fué como decidió darle ese nombre al refugio, en honor a esa experiencia.

"La Quiltrería es mi proyecto de vida," comentó José Luis. "Somos como la teletón, pero de perros y gatos." Y tiene razón. La Quiltrería es la única fundación para perros y gatos con discapacidad y rehabilitación en Chile. Actualmente el refugio alberga a 24 animalitos, entre perros y gatos.

Algunos de los animalitos en el refugio incluyen a la Arepa, o "Arepita" como le dice José Luis. Ella es una gatita que fue rescatada de Con-Cón y fue amputada de brazos. Ver su recuperación es un verdadero milagro. Después de un año de rehabilitación, la gatita salta desde lugares alto, es capaz de caminar tranquilamente sin tocar el suelo con sus muñones, juega y comparte con los otros gatitos.

Otro de sus favoritos es Niño, un perrito Siberiano mixto parapléjico. En su caso, hubo que amputarle las patas traseras ya que sufría un raro trastorno donde se automutilaba las patas traseras. Fue necesario amputar para salvarle la vida. Ahora, Niño vive en el refugio con muchos otros perros, y aún corre y se comporta como cualquier otro perro, solo que camina con sus patas delanteras únicamente.

La decisión de abrir La Quiltrería no fué sencilla. Se vió forzado a elegir entre terminar su carrera, o dedicarse a tiempo completo a su fundación. Eligió ayudar a los animalitos ante todo.

"Tal vez me dé un poco de pena ver a mis compañeros graduarse cuando yo tuve que congelar," comenta José Luis. "Pero al final del día, cuando me voy a acostar, aunque no pueda comprarme todo lo que quiera[...] al final duermo tranquilo. A ellos no les falta nada, ni comida ni rehabilitación, nada."

Para José Luis, las vidas que salva son absolutamente importantes. Tan importantes como cualquier otra. Y es que para él, lo que hace no es trabajo. El compromiso que ha hecho con éstos gatitos y perritos es de por vida. Su visión de la fundación es que los animales se van a morir en algún momento, claro, pero su misión es que mueran de viejos, no de sus problemas o discapacidades.

Al mismo tiempo, La Quiltrería busca hogares para cualquiera que quiera adoptar a uno de estos animalitos, y encontrarles una familia que los quiera. Pero están bienvenidos a permanecer en el refugio donde serán amados, si no encuentran un hogar.

"Ellos son mis hijos, mis niños. No importa si se quedan sólo una temporada, son mis niños." comparte. "Yo sé que estoy loco. La gente te mira raro por hacer algo como ésto[...] pero al final es vida, hay que salvarla."

Si desean ver un video del lugar pueden hacerlo aquí.


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