Cualquiera de las dos alternativas puede presentar estrés para el felino.
Un viaje muy largo, digamos, por ejemplo, de Arica a Santiago, puede ser bastante agotador y difícil, incluso para los viajeros humanos más frecuentes, por lo que el hecho de dudar sobre cómo transportar a tu peludo amigo puede preocuparte.
“Si tu gato tiene buena salud, volar es algo así como remover un parche curita,” dice Mikel Delgado, certificado en comportamiento animal. “Va a ser más ruidoso, y le dará más susto, pero se termina más rápido. Necesitas balancear el potencial total de estrés para ambas situaciones.”
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Si decides viajar por automóvil, necesitas planear en tener espacios que sean buenos para tu mascota. Esto significa, por ejemplo, saber manejar al gatito al introducirlo y sacarlo de espacios nuevos todos los días. “Los gatos con frecuencia se asustan en espacios nuevos,” dice Delgado. “Yo probablemente soy más cauteloso que la mayoría, pero consideren limitar el espacio de su gato simplemente al baño cuando tengan que pasar la noche en algún lado.” Un gato nervioso tiende a esconderse en los lugares más difíciles de alcanzar, y no quieres retrasar tu viaje peleando durante una hora con tu gato para poder volver a introducirlo a su jaula porta mascotas cada mañana.
Para viajes en automóvil particularmente largos, Delgado recomienda utilizar una jaula porta mascotas más grande, que le dé un poco de espacio para moverse y que también alcance a acomodar una cajita de arena pequeña. “Lo que hace el viaje difícil es la necesidad de sacar al gatito de la jaula,” agrega. “Algunos gatos pueden entrar en pánico, y un gato suelto en el auto puede ser un peligro, tanto para el gato como para su dueño.”
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Si eso suena terrible, imaginen hacerlo por cuatro días seguidos, o por la longitud de tiempo que sea su viaje. Los viajes en avión pueden no ser fáciles, pero al menos son rápidos. Vayan a ver a su veterinario antes de viajar para ver si tu gatito está con buena salud para viajar en avión. Dependiendo de su destino, puede que necesite vacunas, así que mantengan a su veterinario informado.
La mejor opción es mantener a tu gatito contigo durante el vuelo (asumiendo que la aerolínea lo permita, claro está), por lo que es buena idea invertir en una jaula porta mascotas que pueda caber bajo tu asiento, si es que no tienes una. A pesar de los flujos de presión y el rugir de los motores, estar en el avión puede ser la parte menos estresante del viaje.
Todo esto por supuesto depende de las reglas que la aerolínea en la que viajes tenga. Recuerda siempre llamar primero para saber sus reglas y/o políticas para mascotas.
Sea que decidas conducir o volar, lleva a tu felino a pequeños paseos en automóvil en su jaula porta mascota antes de realizar el viaje largo. Esto servirá para que se acostumbre al espacio en el que estará mientras viaja. También es buena idea que lleve puesto un arnés mientras viaja, para que puedas ponerle una correa cuando salga de su porta mascota. Sin embargo, nunca dejes la correa amarrada a tu gatito mientras esté dentro de la jaula, ya que esto puede poner al gatito en peligro.
Parecen muchas precauciones, pero los viajes largos y las mudanzas son especialmente difíciles para los felinos, y cualquier paso para facilitarle el proceso a nuestros peludos amigos vale la pena.
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