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¿Cómo alimentar a un gato que no quiere comer?


Para ayudar a nuestro querido amigo, lo primero que tenemos que saber es por qué ha perdido el apetito. Así, podremos tomar las medidas necesarias y conseguir, así, que poco a poco vaya recuperándose:

  • Ambiente familiar tenso: el animal que no se siente tranquilo, podría dejar de comer. Los gritos, la música a todo volumen, el no dejarle su espacio personal, las faltas de respeto hacia el animal, además de los malos tratos, sólo servirán para que el gato caiga enfermo.

  • Llegada de un nuevo miembro a la familia: a los gatos no les gustan mucho los cambios, y si ese cambio está producido por la llegada de un nuevo miembro al hogar, les suele costar bastante más aceptarlo.

  • Tiene alguna enfermedad: hay algunas enfermedades, como la leucemia felina o la peritonitis infecciosa felina (PIF) que pueden hacer que las fosas nasales se obstruyan y el gato pierda capacidad olfativa. Cuando eso ocurre, no tiene tantas ganas de comer como antes.

  • Ha perdido a un ser querido: todos los animales con sentimientos, incluyendo a los gatos, lo pasan mal cuando dejan de ver a un ser querido. Pueden verse como si estuvieran ausentes, sentados en un rincón mirando hacia ninguna parte. No tendrán ganas de jugar, ni tampoco de comer, pero tenemos que asegurarnos de ingieren al menos algo de comida y agua cada día.

  • Abandono: un gato que ha sido abandonado podría llegar a dejar de probar bocado. ¿Por qué? Porque se ve en una situación que no sabe cómo afrontar. Puede que esté en un refugio de animales, pero aunque esté con más gatos y gente que realmente se preocupa por él, estará triste por un tiempo hasta que encuentre una verdadera familia.

¿Cómo reconquistar el paladar de un gato enfermo o triste?

Lo primero y más importante que tenemos que hacer es llevarlo al veterinario para que lo examine. Como hemos dicho, si está enfermo puede que no coma, de modo que para que lo haga probablemente sólo tendremos que darle el medicamento que nos recomiende el profesional. En ningún caso debemos de auto-medicarlo ya que podría ser muy perjudicial para él.

Otra de las cosas que podemos hacer es darle latas (comida húmeda) para gatos. Como éstas tienen un olor más intenso que el pienso seco, le estimulará el apetito, y seguro que no deja nada en el plato. Tienen un precio más elevado que la comida seca, pero aconsejamos darle latas hasta que se haya recuperado, o bien mezclársela con el pienso.

Por otra parte, hay que dejarle agua, así como la comida, siempre a libre disposición, en una habitación en la que no pase mucha gente. Si es un gato que lo está pasando mal porque la familia ha aumentado, es muy aconsejable procurar que ambos pasen tiempo juntos, recibiendo la misma ”cantidad” de cariño y las mismas atenciones.

Si pasa el tiempo y no vemos mejoría, es importante que lo llevemos al veterinario y a un educador de gatos que trabaje en positivo, especialmente si sospechamos que está pasando por el duelo o que está deprimido. La buena salud del peludo dependerá, en gran medida, de que se mantenga bien alimentado y cuidado.

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