¿Tienes pensado hacer crecer la familia pero te preocupa que tu gata no quiera al nuevo inquilino? Si es así, es normal. Siempre surgen muchas dudas sobre cómo podría reaccionar la peludita, pero la realidad es que no hay muchos motivos por los que preocuparse.
Puede que no me creas ahora, pero pon a prueba los consejos que te voy a dar en este artículo, y en menos de lo que esperas sabrás cómo hacer que una gata acepte a un gatito.
Cuando hablamos de cómo hacer que dos gatos se lleven bien lo primero que decimos es: son animales muy territoriales, lo que significa que tienen un fuerte instinto de protección del territorio. Es algo así como cuando una persona se vuelve muy celosa con sus cosas y no quiere que nadie las toque, con la diferencia de que los felinos no sienten celos, sino que lo que hacen es proteger lo que es suyo porque así lo dicta su instinto.
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Pero cuando se lleva a un gatito a casa… la situación no es ni mucho menos tan complicada que si el nuevo felino fuera un adulto. La gata, al ser adulta y al llevar probablemente toda la vida en la casa, es seguro que se va a sentir un poco incómoda al principio, pero a medida que pasen los días se va a dar cuenta de que, ciertamente, ella puede continuar con su rutina diaria, sólo que ahora tendrá un nuevo amigo con el que poder jugar. La cuestión es, ¿cómo presentarlos?
Para evitar sorpresas no deseadas, recomiendo que, nada más llegar a casa, tengas al gatito dentro del transportín con la puerta cerrada, y que lo pongas en el suelo para que la gata lo vea y lo pueda oler. Si ves que bufa y/o gruñe, o si quiere darle ”patadas”, es normal; lo que no tiene que hacer es tratar de arañarle ni morderle.
Pasados unos minutos, ábrele la puerta para que pueda salir si quiere. No hay que obligarle. En el caso de que la gata se muestre muy nerviosa y visiblemente incómoda debes llevar al gatito a una habitación donde estará tres días. En ella tienes que poner su cama, su comedero y bebedero, y un arenero. Cubre la cama con una manta (o tela, si hace calor), y haz lo mismo con la cama de tu gata. Intercámbiale la manta/tela el segundo y el tercer día para que se acostumbren al olor del otro.
El cuarto día, saca al gatito de la habitación y déjalo por la vivienda, pero no lo pierdas de vista. Por lo general, cuando una gata no quiere saber nada del gatito se mantendrá alejada de él, pero no hay que confiarse. Si se llega a poner muy nerviosa podría llegar a atacarlo, por lo que es importante no dejarlos solos nunca.
Para ayudar a la gata a aceptarlo, aconsejo usar Feliway en difusor, que es un producto que ayuda a los gatos a superar las situaciones que le producen estrés, haciendo que estén relajados.
Si bien lo más habitual es que en pocos días la gata haya aceptado al gatito, a veces ocurre que a la peluda le cuesta un poco más. Con cariño y alguna que otra lata de pienso húmedo, conseguiréis ser una familia feliz
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