Andaba cazando pokemones y terminó adoptando un perro callejero
- Happy Cat
- 4 sept 2018
- 2 Min. de lectura
Es muy común escuchar “el perro no lo elegí yo, ese perro me eligió a mi”. Claro que no siempre es el caso, pero pasa. Ela Okreša Duric lo sabe bien. Un día andaba jugando Pokemon Go con su novio y unos amigos, cuando de pronto, en lugar de un pokemón, apareció un perro negro. Por la pinta que traía este can, según describe Duric, bien podría haber pasado por alguna de las extrañas criaturas de este juego virtual. Su pelaje estaba completamente enredado, sucio, lleno de pulgas y garrapatas, y encima el pobrecito estaba tan cansado que apenas mantenía los ojos abiertos.

Duric dejó que el perro se le acercara y que oliera su mano, y ella aprovechó para hablarle con dulzura. Lo más curioso de todo es que Duric llevaba más de dos meses buscando adoptar un perro. Había visitado varios albergues, probado con varios candidatos, pero con ninguno había hecho química. Increíblemente, esa conexión que tanto había esperando tener, la encontró con este perro negro sucio y despeinado, al que rápidamente llamó Loki.
Pese al cansancio, Loki siguió a Duric y sus amigos el resto del juego, sin sospechar que ello le estaba ganando un pasaje a su nuevo hogar... o tal vez al hogar que nunca tuvo. Duric lo llevó a casa. Ahí aprovechó para contactar a la perrera más cercana y un encargado llegó con un escáner para verificar si el perro tenía algún microchip con información que pudiera llevarlos a algún propietario. No encontraron nada. Antes de irse, el encargado ofreció llevárselo a la perrera, pero Duric les dijo que Loki ya había encontrado un hogar.
Tomada la decisión de adoptarlo, Duric lo llevó al veterinario para que le hicieran los exámenes correspondientes. Siempre que se encuentra un animal doméstico en la calle y se decide llevarlo a casa, es muy importante que pase por los exámenes de rutina para descartar enfermedades y para darles un buen baño, no querrás que tu casa termine con visitantes extras.
Afortunadamente Loki estaba en buen estado de salud y el baño eliminó hasta la última pulga. Lo único que quedaba entonces por hacer es enseñarle a ser un perro de casa y a hacer cosas como perseguir la pelota y hacer sus necesidades afuera, algo que no tardó en aprender.
En en el mundo hay millones de perros callejeros que se pasan el día no solo buscando agua, comida, sino sobretodo a alguien como Duric que se anime a adoptarlos y amarlos para siempre.

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