Hablarle como bebé a tu perro puede ser muy positivo
- Happy Cat
- 27 jun 2018
- 3 Min. de lectura
Si usted es de las personas que le habla a su perro como si fuera un bebé de solo meses. Si es así, debes sentirte muy feliz, porque un nuevo estudio confirmó que esto les hace bien, ya que esto provoca que presten más atención y que obedezcan sin mayor problema.

Varias investigaciones, la más reciente de la universidad de Nueva York, liderada por Alex Benjamin y Katie Slocombe, que concluye que tanto el contenido como el tono que usamos con nuestro can son de vital importancia para que este atienda.
Un tono de voz calmado y suave, sobre todo en cachorros, asemejando al tono que se emplea para tratar a niños pequeños, facilita la mejora del vínculo creado entre humano y perro, el cual generará un mejor ambiente para crear nuevos aprendizajes.
¿Qué significa DDS?
El DDS es lo que los lingüistas y expertos en conducta animal lo definieron como el modo peculiar de los humanos a la hora de hablar a las mascotas en general y perrunas en particular, y que, curiosamente, tiene algunos factores similares al lenguaje y la expresión que usamos cuando adoptamos al dirigirnos a niños pequeños.
Por supuesto que sabemos que ni los perros son niños ni los niños son perros. Por eso, aunque el lenguaje que adoptamos hacia ambos presenta ciertas afinidades, también contiene diferencias. Cuando hablamos con niños, por ejemplo, tendemos a prolongar las vocales con una función pedagógica, de esta forma, se favorece el aprendizaje vocal del pequeño, esto no ocurre cuando hablamos a los perros, ya que no tenemos ninguna esperanza de que el animal pueda aprender nuestro propio lenguaje para hablarlo.
Voces masculinas y femeninas ¿Existen diferencias?
Suele pensarse que los perros son más obedientes ante voces más graves y por ello, que atienden más a los hombres. Sin embargo, tampoco parece ser así. El hecho de atender de forma diferente de la voz de una mujer o un hombre estaría estrechamente relacionado con las experiencias previas (positivas o negativas) que el canino haya experimentado en su vida.
Adiós al autoritarismo
Lo que en cualquier caso sí se ha visto con el tiempo es que, más allá de usar mucho o poco el lenguaje verbal, la forma es fundamental. Los autoritarismos y gritos a la antigua usanza de la vieja escuela no sirven. Adiestrar a nuestras mascotas a gritos o elevando el volumen de nuestra voz puede llevarnos a conseguir el efecto contrario, y es que nos teman o se asusten.
Nuestro deber y obligación para que el animal se sienta acogido, querido e interactúe de forma positiva es demostrarle que somos de fiar. Un caso, si usted quiere que su cachorro le admire, atienda y respete, su contacto hacia él ha de ser lo más suave posible, como lo haría hacia un indefenso bebé, y no a gritos ni con voces excesivamente graves.
Más efectivo el primer año de vida
Al final, se mire por donde se mire, todos los expertos se han puesto de acuerdo para confirmar que hablarle así a su mascota, como si fuera un bebé, va a conseguir que su inseparable amigo solo tenga orejas para usted.
En el estudio se vio que era efectivo en los cachorros, hasta que los perros alcanzan un año de edad. Tal vez porque una vez que son adultos, nuestras mascotas basan su atención en estímulos visuales (nuestro lenguaje corporal) y no solamente en nuestra voz. A partir de ahí, no se encontraron dichas diferencias significativas en su atención.
Haga caso de los especialistas y a partir de hoy, ni se apure ni tenga reparos a la hora de deshacerse en elogios, mimos y carantoñas hacia su preciada mascota, aunque el resto de paseantes, transeúntes y amigos que no tienen mascotas le tachen de loco o cursi.
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