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Claves para enfrentar la pérdida de nuestro perro

  • Foto del escritor: Happy Cat
    Happy Cat
  • 21 abr 2018
  • 2 Min. de lectura

Cuando nuestra mascota muere nos enfrentamos por un duelo muy parecido al que atravesamos cuando perdemos a un familiar o amigo. Para quien no mantiene un lazo fuerte con su perro puede ser incomprensible y hasta exagerado, ya que no comprenden la trascendencia de ellos en nuestra vida.

Sentimos un gran vacío, una pérdida de la alegría cotidiana, de nuestra compañía. Por eso es que el entorno pueda darnos tiempo para sobre llevar su muerte.

Lo primero, sentirnos con la libertad de llorar

Ser sinceros, explicarles a los demás que estamos viviendo la pérdida de nuestra mascota, que formaba parte de nuestro día a día, que sentíamos parte de la familia y nuestro corazón. A pesar de haber personas que no empaticen con tu dolor, siempre habrá gente dispuesta a escucharte y comprender la situación.

La postura de los terceros no debe afectarnos, ya que su realidad es diferente a la nuestra.

Se vive el duelo como cualquier otra pérdida, con fases de negación, enfado, tristeza hasta que podamos aceptarlo. Lo importante es llorar si lo sientes necesario, pero evita obsesionarte y culparte. Tu mascota ha vivido una vida plena gracias a ti y de seguro agradeció todo el amor que le brindaste.

Acomodarse a las rutinas

Lo más difícil de afrontar, ya que nuestro perro era elemental en nuestras rutinas diarias, un amigo cómplice, buscador de caricias y juegos.

Es primordial que no abandones tus costumbres, si salías a pasear a una hora determinada o a recostarte al sillón, trata de seguir haciéndolo, es una forma de despedida, de decir adiós, rescatando los mejores recuerdos y sonríe cuando pienses en él, porque te enseñó acerca de amor y cariño incondicional.

No puede reemplazarse

No busques de inmediato otro animal para adoptar por el hecho de aliviar tu dolor, las mascotas son insustituibles, seres únicos, con su carácter y matices, dejan huellas en quienes los amaron.

Deja que pase tiempo, permítete reponerte, avanzar de a poco y si así lo deseas, adoptar cuando te sientas una persona preparada para amar nuevamente.

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