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Primer día de un perro adoptado en casa... ¿Cómo actuar con ellos?

  • Foto del escritor: Happy Cat
    Happy Cat
  • 11 dic 2017
  • 2 Min. de lectura

Es alentador ver cómo hay gente con un gran corazón preocupados por el bienestar de los animales, que se decide por ir a adoptar uno de los muchos miles de perros/as que esperan una oportunidad en una protectora o albergue. Sin embargo, tener un gran corazón no sirve demasiado cuando no se tiene el conocimiento adecuado de qué hacer con el recién llegado…

En muchas ocasiones la gente confunde haber abierto su corazón a un perro adoptado con la obligación por parte del peludo de dar su amor incondicionalmente desde el minuto uno, y no es así – o no tiene por qué serlo. En primer lugar, cuando vayas a escoger un perro en adopción, deberías visitar varias veces el lugar de donde va a ser recogido, interactuar con el perrete y conseguir que te reconozca y se sienta cómodo contigo.

Si tienes la posibilidad, sería estupendo poder sacarle a dar un paseo, acercarle al coche donde en otro momento lo llevarás a su nuevo hogar o darle de comer de tu mano cerca de la familia con la que compartirá su vida y cerca también del coche. Esto no es completamente necesario, pero desde luego habrás ganado mucha confianza que será necesaria desde el instante en el que decidas compartir tu vidas con él/ella. Si tienes más perros, comparte estos ratos también con ellos para que vayan conociéndose.

Algunos consejos:

  • Cuando el día haya llegado, ve con tiempo. Olvídate de recogerlo con el reloj en la mano, pues vas a comenzar con un mal pie si tienes que llegar a algún otro sitio. Además, piensa que es un día para dedicarle enteramente a tu perro, desde por la mañana hasta por la noche… y a partir de ahí, hasta el resto de su vida.

  • No olvides llevarte una bolsita del pienso que esté comiendo para que pueda hacer la transición al que tú le vayas a dar poco a poco. Consulta las instrucciones de la nueva marca para saber las medidas correctas de las mezclas que debes hacer.

  • Cuando vayas a sacarlo intenta que la transición sea suave, que no haya grandes emociones de despedida.

  • Permítele ir olfateando allá por donde ande, mirando lo que tenga que mirar, sin tirones de correa. No te preocupes por no ir en dirección directa al coche… ¡recuerda que no llevas prisa!

  • Cuando llegues al coche, deja las puertas abiertas para que pueda ver y olfatear qué hay dentro. No le obligues a pasar. Lo normal es que no se meta dentro a la primera de cambio, así que una buena idea es meter comida en el interior, en la zona que tengas delimitada para que viaje de forma segura, y esperar a que despierte su interés para querer comerlo. Tardará… ¡no desesperes! Es posible que no haya conocido un coche o, aún peor, que el día que se montó en uno su experiencia haya sido algo traumática.

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