De acuerdo con la instructora argentina de Grooming Felino, Beatriz Jofré, el rechazo se da, generalmente, porque en su lugar de nacimiento el gatito no fue tratado con amor.
“A veces en el criadero hay muchos gatitos y no pueden darle el mismo afecto a todos por igual. Si es un gato criollo y nació en un lugar inapropiado, ha sufrido y eso lo hace miedoso, por lo que rechaza esos mimos que nunca tuvo. Lo más importante es cómo se ha hecho la integración a un nuevo hogar”, explica Jofré. En estos casos lo que se debe hacer según Jofré es tratar de acercarse poco a poco, probar levantarlo, acariciarlo, pero en un ambiente solo, sin que el gatito sienta que lo observan otras mascotas. “Debe empezar a sentir seguridad de que no le va a pasar nada”, afirma.
Por su parte Catalina Mejía Isaza, veterinaria etóloga del Centro de Bienestar Animal La Perla de Medellín, señala que el gato también puede presentar falta de tolerancia a la manipulación, una alteración en la que a los animales les desagrada ser acariciados o manipulados en exceso. “Esto es más frecuente en gatos que no tuvieron contacto suficiente y agradable con humanos durante las primeras etapas de vida, y en aquellos que nacieron de padres no amistosos con las personas”, dice Mejía. Igualmente, asegura que, en muchas ocasiones, los dueños no comprenden la naturaleza de su minino y pretenden que sean similares a los perros, por lo cual demandan afecto de sus gatos, cuando estos no desean brindar. Por eso, la veterinaria recomienda que la manera adecuada de mejorar la relación entre el gato y los propietarios es comprender completamente la naturaleza de los felinos. Cada uno tiene un nivel diferente de tolerancia y unos gustos específicos en lo relacionado a la interacción con los seres humanos.
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