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Diez cosas que puedes aprender de los gatos para ser más feliz


Los amantes de los felinos saben que no existe nada más gratificante que la presencia en el hogar de uno de estos animales. Solo basta con contemplarlos durante unos minutos mientras juegan o descansan pacíficamente, o con acariciar su suave pelaje mientras ronronean sobre nuestro regazo, para experimentar una inmediata sensación de bienestar.

Es por todo esto, y también porque los gatos son dueños de una mezcla única de despreocupación y “animalidad “que resulta envidiable desde la óptica nuestras vidas frenéticas, y a menudo estresantes, los mininos nos resultan unos seres fascinantes. Si, como dice la canción, tú también quieres ser un gato, o al menos deseas cultivar tu parte felina, toma nota de estas diez cualidades, descritas y empieza a aplicarlas hoy mismo para ser más feliz.

1. Cultiva tu independencia

Los gatos tienen fama de ser criaturas muy independientes, aunque la realidad es que el gato doméstico también necesita de los cuidados y el afecto de los seres humanos para sobrevivir. Pero lo cierto es que, de no tenerlos, un felino siempre encontrará una manera de luchar y de sobrevivir, aunque se quede solo.

Toma esta cualidad gatuna y busca la autosuficiencia emocional, de modo que tu felicidad no dependa de los demás. Es bonito compartir las cosas bellas de la vida, pero no es tan sano necesitar a otras personas para ser feliz.

2. Has ejercicio a diario

Los gatos se han ganado la fama de ser los reyes de la siesta, a menudo se debe al proceso de domesticación al que los hemos sometido. En su estado natural son animales muy activos, pues su alma de cazadores necesita de movimiento constante para mantenerse en forma.

Los felinos se estiran de un modo particular, con movimientos elegantes que han inspirado algunas poses en yoga y otras disciplinas. Hay que recordar que tenemos un cuerpo, además de una mente, y alternar el movimiento con el descanso es la receta gatuna para mantenerse en forma.

3. Aprecia la rutina

Los gatos son animales de costumbres, y en general no les gusta que les cambien su espacio, que se altere su hora de despertar, etc. Intenta ser más como tu minino y observa tu día a día con los ojos de un felino. Proponte realizar tus tareas más rutinarias, como fregar los platos, lavarte los dientes o planchar, poniendo tus cinco sentidos en ello.

No pienses en otras cosas, solo concéntrate en la temperatura del agua del lavaplatos, el sonido de los cubiertos al repiquetear, la sensación que te provoca el agua tibia de la ducha en las mañanas... Es muy distinto vivir una rutina con el piloto automático activado que vivirla con conciencia. Práctica a menudo y puede que te sorprendas con una percepción totalmente distinta de tus experiencias más mundanas.

4. Aprende a relajarte

Observa a tu gato durmiendo por las tardes. Verás que tiene dos tipos de sueño: el sueño profundo, como el que nosotros practicamos, y un estado de semi-vigilia en el que está perfectamente relajado y conserva la plena percepción de sus sentidos.

El descanso es algo a lo que los gatos dedican mucho tiempo. En ocasiones, a las personas nos cuesta mucho eso no hacer nada. Tómate en serio tu reposo y jamás lo consideres tiempo perdido.

5. Nunca dejes de jugar

Aunque ya seas algo mayor, los gatos siempre conservan viva su curiosidad y sus ganas de jugar. Lo contrario al juego, en un ser humano, es la depresión. Resérvate algún rato a la semana, o cada día si te es posible, para hacer alguna actividad que recuerdes que te divertía o te apasionaba cuando eras niño, solo por el placer de practicarla.

6. Si quieres algo, dilo

Cuando un gato quiere mimos, comida, que le dejen en paz o que le cambien el agua de su bebedero, nos lo hará saber sin ningún temor. No temas tú tampoco expresar tus necesidades. Exteriorízalas de forma asertiva, sin miedo a herir los sentimientos ajenos.

7. Libérate de lo que sobra

Aunque todos tengamos en mente la imagen de un gato con su collar, lo cierto es que a los gatos no les gusta llevar abalorios encima. Los cascabeles en particular sobre estimulan su sensible sentido auditivo y les producen estrés.

Gatos y humanos solo tenemos una forma de sentirnos más libres: dejar caer todos los pesos que llevamos encima. Si sientes un peso, sea pequeño o insoportable, identifícalo y déjalo caer.

8. Ignora a los que te molestan

Los gatos se alejan instintivamente de los niños u otros animales que se muestran alterados o son muy ruidosos. Sé cómo un gato y, si alguien te molesta o te provoca, no malgastes tu preciosa energía reaccionando.

9. Cultiva la paciencia

Pueden pasarse horas mirándote sobre tu regazo o montando guardia frente a un árbol con la esperanza de cazar a un pájaro u otra pequeña presa. Imítalos y proponte hacer cada mes algo que implique tiempo y esfuerzo. Por ejemplo, aprender a tocar un instrumento, coser o construir una maqueta.

Este tipo de actividades son especialmente importantes en nuestra época, cuando el uso de pantallas y redes sociales acostumbra al cerebro a la instantaneidad. Respira, observa y vacía tu mente del ruido habitual de pensamientos.

10. Permite que te cepillen el cabello

Es bonito dejarse cepillar, o acariciar, por alguien a quien aprecias. Ríndete al placer del contacto.

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ecuencia dominante), con lo que son sonidos que favorecen las curaciones antes mencionadas”.


 
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